Los manifestantes levantaron barricadas, incendiaron vehículos, e incluso se quemaron algunos negocios, hasta que la policía tomó el control de la situación.
El padre François, párroco de la iglesia Sacré-Coeur, recordó las circunstancias de la muerte del comunicador, quien dedicó sus últimos días a defender la libertad de expresión y ofrecer voz a indigentes y oprimidos.
‘Su triste final se suma a las víctimas de la flagrante inseguridad, la violencia indiscriminada y las muertes violentas que están destruyendo nuestro país’, dijo el sacerdote.
La prensa ha sido otra víctima de las protestas que desde junio pasado sacuden el país, pues a la muerte de Pétion se suman los ataques a radios, televisoras, periodistas y amenazas de muerte a trabajadores del gremio.
Para este fin de semana sectores opositores convocaron a nuevas movilizaciones en denuncia también por la precaria situación de los más vulnerables, el encarecimiento de la vida, la depreciación de la moneda nacional y la reducción del poder adquisitivo.
Sin embargo, salvo en algunas zonas puntuales como Martissant, cerca de la salida sur de Puerto Príncipe, en esta capital la jornada permaneció en calma.
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