Comerciantes de la zona declararon que el clima de inseguridad no ha disminuido en el área desde noviembre pasado, cuando las pugnas por el control del territorio causaron decenas de fallecidos.
El 13 de noviembre, un número impreciso de mujeres, hombres y niños fueron ultimados, torturados e incendiados por integrantes de pandillas que intentaban acceder al control de la zona, donde se instala uno de los mercados informales más grandes y lucrativos del país, según confirmaron las autoridades judiciales.
A pesar de que prometieron investigar los sucesos, calificados de masacre por varias organizaciones de derechos humanos, así como castigar a los culpables, casi siete meses después el caso permanece en suspenso.
Los residentes lanzaron un llamado de ayuda a las autoridades estatales para que tomen medidas apropiadas contra los bandidos ‘que siembran el luto en el barrio populoso’, manifestaron a una cadena de televisión.
El clima de tensión llevó a la Asociación de Aduaneros de Haití, cuyas sedes se encuentran en la zona, a solicitar la acción del Gobierno.
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