Según el documento, el FNE asegurará el financiamiento de la cantina escolar, así como contribuirá al monitoreo y supervisión de las actividades de intervención, al tiempo que brindará apoyo técnico necesario.
Por su parte, el PNCS asume la responsabilidad de ejecutar correctamente el programa, supervisará los planteles beneficiados e impartirá formación al personal de alimentación escolar.
Ambas entidades coincidieron que el programa responde a una emergencia identificada entre escolares de zonas rurales que enfrentan serias dificultades, incluidas amenazas relacionadas con la inseguridad alimentaria.
Phanÿse Laguerre, coordinadora del Programa Nacional de Comedores Escolares, precisó que particularmente en el Noreste los niños son más vulnerables y la población afronta serios desafíos para acceder a los alimentos.
‘A través de este convenio, queremos desarrollar un modelo de colaboración que sirva de guía en las futuras relaciones de la FNE con la PNCS’, subrayó.
Unos 2,6 millones de haitianos en zonas rurales viven bajo inseguridad alimentaria, casi el doble que en 2018, de acuerdo con un estudio de Naciones Unidas.
Los investigadores prevén que esta situación puede agudizarse en los próximos meses, como respuesta al crecimiento poblacional, cambio climático y políticas gubernamentales insatisfactorias, entre otras causas, que impactan en la producción agrícola.
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