De acuerdo con los reportes de los trabajadores de agencias humanitarias de la ONU en esa nación caribeña, la mayoría de las empresas y escuelas en el país permanecen cerradas desde mediados de septiembre, en medio de las continuas protestas y disturbios.
Estos cierres tienen un impacto negativo en la vida económica y social de Puerto Príncipe, la capital, y otros centros urbanos, indicó Dujarric.
Además, añadió, 3,7 millones de haitianos están experimentando actualmente niveles de inseguridad alimentaria en situaciones de crisis y emergencia.
Mientras que las proyecciones indican que la inseguridad alimentaria podría afectar a más de cuatro millones de personas para marzo del próximo año.
Con el fin de facilitar el acceso a las personas necesitadas, el Programa Mundial de Alimentos se propone establecer un Servicio Aéreo Humanitario, utilizando una asignación de un millón de dólares provenientes del Fondo Central de Ayuda de Emergencia de la ONU.
Hace dos meses que Haití está sumida en una crisis social y política profunda, que debutó contra la escasez de combustible, y ya ha dejado unos 50 fallecidos y más de un centenar de lesionados.
Los cientos de miles de personas que protestan en las calles exigen una nueva distribución de los recursos, que permita a más del 60 por ciento de la población salir de la pobreza y tener acceso a servicios universales como la salud y la educación.
También piden la renuncia del presidente haitiano, Jovenel Moïse, y su sustitución por una administración transitoria.
mv/ifb