Asimismo, se han propuesto sensibilizar a diferentes actores de la sociedad sobre las consecuencias de la migración irregular y el comercio de personas, y promover la aplicación de la ley sobre la lucha contra la trata.
Esta no es la única institución que aborda el complejo tema. El año pasado el Instituto de Bienestar Social e Investigación, alertó sobre el tráfico de niños haitianos en la frontera, una actividad ilegal que es recurrente en la zona según el organismo.
El Instituto aseguró que unos 150 infantes cruzan diariamente los puntos fronterizos hacia el país vecino, y algunos de ellos lo hacen con contrabandistas, escenario que se ha agudizado con las recurrentes crisis políticas de la nación caribeña.
También a mediados de este año, Leronel Mortimé, coordinador del Observatorio Haitiano contra la Trata y el Tráfico de Personas, denunció que más de 280 mil niños son víctimas de la trata en el país, la mayoría en situaciones de servidumbre doméstica.
El fenómeno no es nuevo y es más constatable en las ciudades del interior. Se les conoce como restavek, término en creole para referirse a ‘quedarse con’, y forma parte de una tradición antigua, supuestamente diseñada para ayudar a los niños de las familias más desfavorecidas.
Según el nuevo Observatorio, cuyo lema es No a la esclavitud moderna, la estructura debe contribuir a salvar vidas y promover que ambos gobiernos asuman sus responsabilidades.
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